El Santo Rosario: "Éstas son cosas de mi Madre" (Parte II)
![](https://static.wixstatic.com/media/161c34_856f1fff2d624792a1395844d5177eeb.jpg/v1/fill/w_894,h_1024,al_c,q_85,enc_avif,quality_auto/161c34_856f1fff2d624792a1395844d5177eeb.jpg)
Dicen que hubo un día en el cielo en el que san Pedro no recibió a nadie. Ése día san Pedro pensó: "A lo mejor hoy nadie merecía el cielo... Ya será mañana otro día". Al día siguiente, ocurrió lo mismo; a san Pedro se le hizo raro.
Cierta vez. Pedrito iba caminando entre todos los santos que adoran al Señor. Se detuvo a platicar un momento con su amigo san Francisco, saludó a santa Inés, cantó junto con san Ignacio y contó chistes con san Felipe. Pero había algo que no encajaba... ¡había personas que nunca vió entrar al cielo!
San Pedro se puso a buscar algún lugar por el cuál entraran las almas... y econtró un gran boquete por el cuál entraban al cielo sin siquiera ser registrados por él.
Preocupado por la situación, san Pedro fué corriendo a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, he encontrado un boquete por el que entran almas a la Gloria Eterna".
Pedrito se puso en marcha y Jesús fué tras de él. Al llegar al lugar, Jesús vió un Rosario inmenso, cuyos extremos unían al Cielo y a la Tierra, y cuyas cuentas fungían como escaleras.
Jesús comenzó a reír, y le dijo a Pedro: "Tranquilo Pedro. éstas son cosas de mi Madre"
![](https://static.wixstatic.com/media/161c34_a62c2a8d023f4999968b26c04b912563.png/v1/fill/w_457,h_358,al_c,q_85,enc_avif,quality_auto/161c34_a62c2a8d023f4999968b26c04b912563.png)
Así es. Podría sonar como fantasía, pero es la realidad. María intercede ante Jesús por aquellos Hijos suyos que fervientemente rezan el Rosario, protege a aquellos que están siendo acechados por el enemigo ancestral, lleva a la Gloria a sus devotos y a los que aman a su Hijo Divinísimo.
María... María... María... la Llena de Gracia, la Madre del Señor, la que halló Gracia a los ojos de Dios... ¡y la que intercde por nosotros!